Los mitos son aquellas creencias erróneas que hemos adquirido cultural y socialmente a lo largo de nuestra vida, que han sido transmitidas de generación en generación y que validan las conductas violentas como una forma de resolver los conflictos.
(Mitos: creencias falsas que creemos verdaderas).
Aquí compartimos con ustedes algunos de ellos, los cuales de seguro han escuchado en más de una ocasión:
Mitos sociales, familiares y judiciales que normalizan la violencia
• “La mujer nació para sufrir”.
• “Los hombres son así”.
• “La mayoría de los hombres hace eso”.
• “El que no cela es por que no ama”.
• “Por el bien de los hijos hay que quedarse”.
• “Tu no puedes destruir tu familia. Vas a dejar a tus hijos sin padre”.
• “En pleito de marido y mujer nadie se mete”.
• “Esos son unos golpecitos de nada, además es por tu bien”.
• “Aguante, que ante todo está la familia”.
• “El alcohol hace a los hombres violentos”.
• “La mujer es de la casa y el hombre de la calle”.
• “La mujer debe seguir al marido”.
• “El matrimonio es una cruz y una tiene que aguantarlo”. Si yo aguanté, Ud. Tiene que aguantarlo también. (madre a una hija)
• “El jefe de la casa, el padre, es quien impone la ley”.
• “Los hijos deben obedecer en todo a su padres”.
• “El esta enfermo”. Sufre de los nervios.
• “Me dio porque estaba borracho”.
• “El no quiso hacerlo. Lo hizo por mi bien”.
• “Los trapos sucios se lavan en casa”.
• “Claridad en la calle, oscuridad en la casa”.
• “Aguante hermana que Dios lo curará”.
• “Ese es tu calvario”.
• “El me golpea pero es un excelente padre”.
• “A los hombres hay que tenerlos aunque sea de postalita”.
«Que las mujeres son menos que los hombres»
«El hombre es el jefe del hogar»
«Que el hombre tiene derechos de propiedad sobre la mujer y los hijos»
«Que la privacidad del hogar debe ser defendida de las regulaciones externas: familia, sicológos, consejeros, etc.»
Un sistema de creencias sostenido en tales premisas, tiene como consecuencia inmediata la noción de que un hombre tiene el derecho y la obligación de imponer medidas disciplinarias para controlar el comportamiento de quienes están a su cargo.
Distintos autores han señalado el valor de los mitos culturales acerca de la violencia hacia la mujer, como elementos perpetuadores del problema.
Precisamente, una de las características definitorias del mito es su resistencia al cambio; la fuerza del mito reside en que es invulnerable a las pruebas racionales que lo desmienten.
En el caso de la violencia doméstica, los mitos cumplen tres funciones principales:
1. Culpabilizan a la mujer (mitos acerca de la provocación, el masoquismo, etc.)
2. Naturalizan la violencia («el matrimonio es así», «los celos son el condimento del amor»)
3.Impiden a la víctima salir de la situación (mitos acerca de la familia, el amor, la abnegación, la maternidad, etc.)